Me he dado cuenta de algo con respecto a estos últimos años, y es que todo lo que escribo y dibujo puede muy fácilmente ser malinterpretado por alguien igual de paranoïco que yo. Vamos, que si me tropezara con un blog con contenido similar al mío, rápidamente tendría prejuicios oscuros sobre esa persona.
Y ya de paso como me conozco, entiendo que si puedo juzgar tan mal a alguien que se parece a mí puede que me haya equivocado mucho y muchas veces sobre las intenciones de unos y otros; no quiero ni saber cuantas veces me equivoco con mis juicios y prejuicios y doy voz a mi paranoïa más que a mi raciocinio.
Bueno en realidad sí que quiero saberlo, por eso estoy aquí proyectando mis pensamientos.
Sobre mis dibujos me gustaría comentar que mi intención es mezclar mis intenciones (QUÉ quiero dibujar) con una suerte de inspiración y dibujo automático, el resultado es estéticamente impresentable (modestia aparte, no soy un dibujante excepcional sino un orgulloso aficionado) pero personalmente poderoso. El diálogo que consigo con mis dibujos me nutre y me sigue nutriendo hasta el presente, para cada uno de mis dibujos tengo muchos recuerdos (por milímetro cuadrado, como me enseñó mi padre) y la conversación nunca decae. Puede que cada dibujo me inspire determinadas «conversaciones» (asociaciones de conceptos) y que las repita incansablemente en mi mente mientras dure el contacto visual con mi dibujo, pero lo cierto es que hay momentos … improbables… pero reales, en los que hago una conexión poderosa e instructiva que me provoca un éxtasis científico-artístico (Síndrome de Stendhal). El corazón de semejante éxtasis radica en algo muy sencillo: el hecho de ver algo nuevo donde ya creía haberlo visto todo. En otras palabras, descubrir algo que siempre a estado delante de mis narices pero que sin saber muy bien por qué no alcanzaba a discernir; es una sensación fascinante, ¿verdad?
Es más interesante aún porque el autor del dibujo soy yo, y no son pocas las veces que he «descubierto» que había dibujado «cosas» sin ser consciente de ello.
Estoy hablando de mi estilo a la hora de «manchar una hoja de papel con mis garabatos». Me dejo llevar, me encanta dejarme llevar, y trato de ver mi dibujo antes de dibujarlo, trato de dejarme llevar por el diálogo entre mi imaginación y las líneas que ya he trazado; pero todo en base al instinto y al placer de dibujar, no a una fría y técnica planificación (que también es bonito, pero yo no sé dibujar así).
Años después de hacer un dibujo y de seguir retocándolo (no puedo parar, es que me encanta que todo siga cambiando y al mismo tiempo haciéndole un guiño al pasado) descubro cantidad de conexiones que tienen más relación con mi estado de consciencia «del futuro» que «del pasado». Entonces se me pone cara bobo mientras trato de entender cómo es que mi yo pasado podía manejar información relevante y asociarla con otras informaciones pertinentes sin ver claro lo que más tarde veo pertinente y aclaratorio, «descubro» en mis propios dibujos realizados con mi solo esfuerzo cosas que sólo «ahora» logro entender. Un poco como si el inventor de la radio hubiese escrito, años antes de inventar la radio, un libro con todos los componentes necesarios para fabricar una radio… y ya cuando inventa la radio se tropieza con su olvidado libro y, «tontamente», se da cuenta de que YA SABÍA CONSTRUIR UNA RADIO.
La mezcla de orgullo, inteligencia, potra y estupidez es irrepetible.
Otra vez me desvío, qué manía. El caso es que dibujo símbolos cuyas referencias no tengo claras y que más tarde aprendo a interpretar, otras veces reconozco símbolos donde mi intención dibuja otra cosa, por último hay ocasiones en las que no tenía ninguna intención clara y sin embargo más tarde reconozco símbolos allí donde se supone que no había nada. Y todo está conectado, aunque no lo parezca, todo está maravillosamente conectado. Estas 3 situaciones me ayudan a crecer, a conectar mi conocimiento y expandir mi consciencia.
[[Y la magia ocurre cuando todo parece estar coordinado por una mano superior, un MetaYo, un MetaOscar que dirige mis manos para ayudarme a crear obras de arte poderosamente educativas (aunque lamentablemente personales). No me gustan mucho estos pensamientos, pero lo cierto es que encaja con mi experiencia.
Es difícil reconocer los defectos propios y fácil señalar los defectos ajenos, esto lo sabe todo el mundo. Es difícil para mí diferenciar la parte «pareidolia», la parte «instintiva», la parte «inspirada», la parte «interesada», la parte «consciente», la parte «inconsciente»… de mi experiencia cuando conversa silenciosamente con mis dibujos.]]
Vaya pues sí que me desvío, bah ya total lo dejo así, y siguiendo.
Si me encontrase con alguien que dibuja parecido a mí, yo pensaría que se trata de un masón. O de un heredero o de un mini ambicioso con ganas de expulsar las verdades que lo atormentan. Otra víctima de un sistema, otro enemigo en potencia. Porque después de años investigando esos asuntos, me descubro cubierto de capas y capas de «mierda» simbólica que, como muchos, voy reproduciendo para tratar de comprender; propaganda subliminal, dogmas y adoctrinamientos debajo de cada piedra que recuerdo de mi infancia. Y no puedo demostrarle a nadie quién soy yo a menos que esa persona ya me conozca, porque cualquier paranoico como yo sospecharía de mí…
No sé, a veces miro dibujos míos recordando perfectamente mi estado mental y mi «grado de consciencia» de aquella época, y me sorprende reconocer conceptos e informaciones que más tarde en mi vida he necesitado y hallado en otra parte. O sea que el esquema que veo es en tres partes: primero dibujo, después busco respuestas a mis preguntas, y por último y después de haber encontrado diversas respuestas en alguna parte pues las reconozco en mi propio dibujo….curioso ¿verdad?
Estamos conectados, no aislados. No tengo forma de demostrarlo, pero qué carajos las pruebas irrefutables son para tribunales corrompibles, la gente de ciencias sabe que el instinto es una herramienta poderosa que parece traspasar nuestra consciencia e incluso los tiempos y alcanzar los futuros y pasados de no pocos seres humanos…
[Bueno sí que se me ocurre un ejemplo, que como tantos otros no tengo forma de asegurar su autenticidad… El caso es que se han hecho experimentos con animales que parecen compartir una mente única, hormigas, abejas… Hay un supuesto experimento en el que secuestraron a una reina termita y la llevaron a un laboratorio subterráneo a unos kilómetros de la termitera mientras tenían a otro equipo vigilando la termitera. Todo seguía funcionando como si la reina no hubiese sido secuestrada, sin embargo, y aquí es donde la verdad hace su impresionante aparición, en cuanto los científicos del laboratorio mataron a la reina, inmediatamente los científicos sobre el terreno observaron la muerte de la colonia. ¿Coincidencia? Claro, y la lluvia son ángeles meando…]
¿Consciencia colectiva? ¿Consciencia de Gea? ¿Consciencia universal? No sé, y no me importa mientras no tenga manera de medir los efectos de tales supra-consciencias. Pero no deja de ser fascinante este ejercicio de comunicación y diálogo interno-externo de manos de aquellos que no soportamos la claustrofobia intelectual a la que nos someten los simio-sabios de nuestra época.
La última gran idea que me gustaría aquí compartir es ésta: hace tiempo que practico un ejercicio sano que en verdad todos practicamos, especialmente los artistas y los sufridores. Para observar mejor mis propios pensamientos, para analizarlos y disecarlos en mi provecho, nada mejor que sacarlos a pasear fuera de la mente. Para ello la herramienta universal es «el arte», aunque hay otras maneras más complejas como «la ciencia». Entre una y otra la idea es sacar los pensamientos de la mente traduciéndolos sobre un medio (soporte, lenguaje, material…) para luego re-asimilarlos a través de los caminos convencionales (nuestros sentidos) y que vuelvan a la mente. Aunque los conceptos que van y vuelven sean los mismos, lo cierto es que «el paseo por el exterior» no es en vano: el solo ejercicio de traducción nos obliga a centrarnos sobre el objeto de nuestra atención y descubrir algo nuevo (información, relación, conexión,…) donde antes, por cansancio y aburrimiento, no podíamos ver «nada en claro». Junto al ejercicio de traducción está el ejercicio de re-asimilación del concepto y re-interpretación, otro momento en el que fijamos nuestra atención con mayor agudeza que anteriormente. ¿Ya me he explicado lo suficiente, no? Es aquí donde sitúo el valor máximo de las metáforas: nos enseñan a ver desde otro ángulo un mismo objeto y sacar beneficio de la experiencia.
Antes de terminar debería de mencionar mi adicción a los porros, que muchos reconocerán sólo con un vistazo y otros por prejuicios, pero definitivamente es importante mencionarlo pues las conversaciones que tengo con mis dibujos no serían tan «embarradas, sufridas y provechosas», si no tuviese el cuerpo intoxicado por una droga que tengo clavada en mi rutina.
Ah, de paso, ¿estoy siendo un poco hipócrita con respecto a las entidades supranaturales? Bueno un poco pero no tanto, pues es verdad que nunca me han interesado esos temas ni siquiera en la ficción, pero francamente me ocurre ya con esto como con cualquier cosa: yo afirmo mi ignorancia, primero, luego ya lo que sea verdad o mentira de entre toda la ficción con la que me han cebado … que si libros antiguos que si sociedades de adoradores que si panteones que si alienigenas que si humanos del futuro que si universos gemelos que si multi-versos que si «dobles» negativos de uno mismo que si el universo es uno que si el universo es dos…. me encanta divagar pero ya estoy cansadillo de intentar divagar en público, el estigma social me persigue y aunque mi reputación esté por los suelos no quiero que descienda aún más, no estoy seguro de poder soportar más humillaciones… Así que no puedo ni quiero afirmar ni negar nada de todo eso, simplemente «no» es asunto mío… Hasta que descubra a alguien que quiera hablar de verdad, con inteligencia antes que con seriedad.
hay otra cosa
tantos deja-vus, tantas realidades y presentes que me traen recuerdos de sueños.
Todavía no descarto la teoría del «lío de cables» por la que estos sucesos ocurren porque al cerebro le da un yu-yu y mezcla informaciones haciéndole creer a uno que está conectando recuerdos cuando en realidad los está inventando…
Pero… tengo que decirlo alto y claro…. a veces tengo la firme sensación de que he atisbado mi instante presente dentro de mis sueños. Ahora mismo traduciendo un texto que habla de george lucas y el arca perdida, me han venido recuerdos de haber soñado con mi ideología actual, muy extraña para mi yo de esa época, y con conexiones mentales que tengo la sensación de que acabo de hacer.
¿Qué quiero decir, en lenguaje sencillo? Creo que en ocasiones he soñado con mi futuro, y cuando ese futuro llega a mí, me trae recuerdos del pasado.
«The more thoroughly you describe, the more you will confuse. It is necessary to draw as well as describe.» -Leonardo da Vinci-